Vi la presentación principal de XPeng en el Día de la IA, y fue un claro vistazo a un futuro largamente prometido.
Si te pidiera que imaginaras las tecnologías que parecen más futuristas —aquellas que la ciencia ficción ha prometido durante décadas—, ¿qué te vendría a la mente? Probablemente robots, coches voladores y taxis sin conductor, ¿verdad? Ese es precisamente el futuro que el fabricante chino de vehículos eléctricos XPeng presentó recientemente .
En su Día de la IA de 2025, XPeng no se reinventó, sino que elevó sus ambiciones. Conocida anteriormente como una marca de vehículos eléctricos inteligentes, ahora aspira a ser lo que su presidente y director ejecutivo, He Xiaopeng, denomina una empresa de "IA Física", que combina sus últimos avances en IA con aplicaciones prácticas en el mundo real. En otras palabras, esas máquinas futuristas que imaginábamos están empezando a hacerse realidad.
De la exageración al hardware
Lo que apareció en el escenario no eran ideas totalmente nuevas —ya habíamos visto robots, coches voladores y taxis autónomos—, pero se presentaron con algo inusual: una ambición basada en el realismo.
Cada concepto venía acompañado de casos de uso claros, plazos de producción y un debate abierto sobre los obstáculos normativos y de seguridad. En un sector a menudo dominado por la exageración, el tono de XPeng resultó refrescantemente realista.
En el centro de todo está VLA 2.0, un modelo de "IA física" diseñado para eliminar la capa de traducción entre lo que una máquina ve y cómo reacciona, creando decisiones más fluidas, seguras y parecidas a las humanas, ya sea en la carretera o en movimiento.
Es una visión ambiciosa, pero el enfoque es clave. XPeng no incorpora la IA como un mero truco publicitario; la integra en el núcleo del funcionamiento de sus coches, robots e incluso vehículos voladores. Como afirmó He Xiaopeng, el objetivo es construir «máquinas que puedan comprender el mundo, interactuar con él y transformarlo».
Reconoció que la regulación y la implementación práctica siguen siendo desafíos clave, pero afirmó que XPeng se centra en escalar de forma segura y sostenible, convirtiendo conceptos en realidad mediante la paciencia, los datos y la iteración. Así es como se materializa esa visión.
La IA desarrolla una columna vertebral
Cuando el robot humanoide IRON apareció en el escenario del Día de la IA de XPeng, era difícil no mirarlo dos veces. Sus movimientos eran tan fluidos y humanos que algunos espectadores pensaron que podría tratarse de un artista disfrazado. Pero era real (como lo demuestra el hecho de que la marca incluso le quitara la "piel" para mostrar sus órganos internos ), lo que XPeng describe como un paso hacia el "antropomorfismo extremo".
El robot cuenta con una columna vertebral biónica de hierro, piel suave y 82 articulaciones, imitando la anatomía humana a través de una estructura esquelética-muscular-cutánea.
Está impulsado por tres modelos de IA propios de XPeng, que gestionan el lenguaje, la visión y el movimiento, todo ello ejecutándose en tres potentes chips Turing, diseñados para una computación de IA rápida y eficiente.
XPeng afirma que el robot IRON ya puede mantener conversaciones básicas, caminar y realizar gestos interactivos, y prevé iniciar la producción en masa en abril de 2026. Entre sus primeros usos se incluyen guías, asistentes en salas de exposición y conserjes de edificios. No se trata de trabajo industrial, sino de roles de colaboración humano-robot diseñados para espacios sociales.
Lo que hace destacable esta revelación no es solo la tecnología, sino la honestidad. XPeng habló abiertamente sobre por qué los robots humanoides aún no están listos para el mercado masivo, desde las preocupaciones de seguridad en hogares pequeños hasta la complejidad de los movimientos de motricidad fina. En una industria conocida por sus promesas grandilocuentes, ese tipo de realismo se siente como un progreso en sí mismo.
He Xiaopeng también introdujo lo que denominó una “cuarta ley de la robótica” – que los robots no deben revelar la privacidad humana – ampliando las tres originales de Asimov (Un robot no puede dañar a un ser humano, un robot debe obedecer las órdenes que le den los seres humanos y un robot debe proteger su propia existencia) e insinuando la seriedad con la que XPeng aborda las cuestiones éticas que rodean a las máquinas con apariencia humana.
Puede que el IRON aún no esté listo para uso doméstico, pero marca un cambio en la forma en que los robots humanoides podrían integrarse en nuestra vida cotidiana. No como meras novedades, sino como asistentes, guías y colaboradores. Quién sabe, si la gente se acostumbra a verlos ahora en entornos públicos, la aceptación social podría ser más fácil cuando la tecnología finalmente madure.
La autonomía toma el control.
Otro gran anuncio fue el RoboTaxi, diseñado desde cero para ser autónomo. En 2026, XPeng lanzará tres de estos modelos de RoboTaxi, desarrollados íntegramente por la propia compañía. Cuentan con una potencia impresionante: el equivalente a 3000 billones de operaciones por segundo (TOPS), gracias a cuatro chips de IA gemelos que procesan datos de conducción en tiempo real. Las primeras pruebas se realizarán en Guangzhou, China, con el apoyo de la empresa de cartografía Amap para una implementación más amplia.
Cada vehículo cuenta con un sistema de comunicación interno y externo que muestra mensajes a pasajeros y peatones, inspirado, según la empresa, en la película Cars. Estas pantallas muestran mensajes contextuales, como alertar a los peatones cuando es seguro cruzar.
Puede parecer un detalle insignificante, pero es otro aspecto interesante de la visión de XPeng. El futuro de la tecnología de conducción autónoma no debería centrarse únicamente en una IA más inteligente o un procesamiento más rápido, sino en cómo interactuamos con las máquinas de una forma natural y tranquilizadora. Es un paso sutil pero significativo para generar confianza en un momento en que aún existe cierta inquietud ante un futuro repleto de vehículos autónomos.
Pero el Robotaxi de XPeng no fue el único anuncio sobre transporte. Porque, claro, ninguna "exhibición de tecnología del futuro" estaría completa sin un coche volador.
La serie Aridge de la compañía entra ahora en fase de producción de prueba, con más de 7.000 reservas ya realizadas en todo el mundo para su avión portaaviones terrestre modular. Además, el recién presentado Aridge A868 es un convertiplano de seis plazas y largo alcance, y supone un nuevo hito en lo que XPeng denomina el amanecer de la «economía de baja altitud».
Por supuesto, este no es el futuro de coches voladores que algunos podrían haber imaginado viendo películas de ciencia ficción . El A868 no puede circular por carretera ni alcanzar grandes altitudes. Sin embargo, lo que realmente está ocurriendo aquí es transformador: los albores de un mercado de movilidad a baja altitud. Aún faltan años de regulación, pruebas de seguridad y ensayos en condiciones reales antes de que se generalice, pero XPeng nos demuestra que está más cerca que nunca.
El futuro encuentra su forma
El Día de la IA de XPeng de 2025 marcó un punto de inflexión. No por una sola novedad (aunque el robot IRON es innegablemente impresionante), sino por su visión unificada y tangible.
Estas ideas llevan años prometiéndose, pero rara vez se presentan con tanta coherencia o honestidad sobre lo que aún queda por hacer.
El futuro ya no parece teórico. Se está construyendo, pieza por pieza. Y si el Día de la IA de XPeng sirve de ejemplo, la próxima década de innovación no solo se verá en nuestras pantallas. Caminará, conducirá e incluso volará entre nosotros.
