Una nueva definición de “código abierto” podría significar problemas para la gran IA

una pared de código de computadora
Markus Winkler / Pexels

La Open Source Initiative (OSI), autoproclamada administradora de la definición de código abierto, el estándar más utilizado para software de código abierto, anunció el jueves una actualización de lo que constituye una “IA de código abierto”. La nueva redacción ahora podría excluir modelos de pesos pesados ​​de la industria como Meta y Google.

"El código abierto ha demostrado que todos obtienen enormes beneficios después de eliminar las barreras para aprender, usar, compartir y mejorar los sistemas de software", escribió la OSI en una publicación reciente en su blog. "Para la IA, la sociedad necesita las mismas libertades esenciales del código abierto para permitir que los desarrolladores, implementadores y usuarios finales de la IA disfruten de los mismos beneficios".

Según la OSI:

Una IA de código abierto es un sistema de IA disponible bajo términos y de una manera que otorga las libertades[1] para:

  • Utiliza el sistema para cualquier fin y sin tener que pedir permiso.
  • Estudiar cómo funciona el sistema e inspeccionar sus componentes.
  • Modificar el sistema para cualquier propósito, incluido cambiar su salida.
  • Compartir el sistema para que otros lo utilicen con o sin modificaciones, para cualquier propósito

Estas libertades se aplican tanto a un sistema completamente funcional como a elementos discretos de un sistema. Una condición previa para ejercer estas libertades es tener acceso a la forma preferida para realizar modificaciones en el sistema.

Según tal definición, ni Llama 3.1 de Meta ni el modelo Gemma de Google contarían como IA de código abierto, dijo a PCMag Nik Marda, líder técnico de gobernanza de IA de Mozilla. “La falta de una definición precisa en el pasado ha hecho que a algunas empresas les resulte más fácil actuar como si su IA fuera de código abierto, incluso cuando no lo era. Muchos (si no la mayoría) de los modelos de los grandes actores comerciales no se ajustan a esta definición”.

La definición más antigua y más flexible permitía a las empresas suficiente margen de maniobra para potencialmente socavar sus productos de IA de consumo, cambiando la funcionalidad de los modelos y deshabilitando el acceso según el capricho de la empresa, argumentó Marda. Tales acciones podrían conducir potencialmente a "servicios interrumpidos, rendimiento deficiente y funciones más caras en las aplicaciones y herramientas que todos usan".

Ni Meta ni Google han reconocido todavía la nueva definición como estándar del sector.