¿Qué es la Web 3.0 y cómo le ayudará?

Web 3.0 es la próxima generación de World Wide Web.

Aunque la Web ha hecho muchos avances a lo largo de los años, muchos usuarios siguen preocupados por los límites que les impone su estructura actual. Por esta razón, entre otras, un número creciente de personas cree que Web 3.0 ofrece experiencias superiores.

Aquí está todo lo que debe saber sobre Web 3.0.

La Web como la conocemos

Entre 1991 y principios de la década de 2000, la mayoría de los usuarios de la Web eran consumidores pasivos de contenido. Las páginas web eran estáticas y de solo lectura, lo que significaba que los usuarios de Internet experimentaban limitaciones para interactuar en línea.

En los primeros días de Internet, el contenido se consumía de sitios web estáticos alojados por ISP (proveedores de servicios de Internet) o sitios como GeoCities. La información se intercambia a un ritmo significativamente más rápido que nunca, pero la interactividad es baja.

A medida que se produjeron avances en la tecnología de servidores en 1999, las velocidades de conexión a Internet aumentaron, lo que agilizó la transición de la Web 1.0 a la Web 2.0.

Avance rápido hasta los albores de la Web 2.0 a principios de la década de 2000, y la interactividad se disparó con más usuarios que recibieron el poder de crear contenido. Los sitios de redes sociales como MySpace y Facebook fomentaron la interactividad a medida que las personas generaban diferentes formas de contenido. La era de la Web 2.0 se ha definido, en gran parte, por tres cosas: móvil, social y en la nube.

¿Qué es la Web 3.0?

Tim Berners-Lee, el creador de la World Wide Web, describe la Web 3.0 como "lectura-escritura-ejecución". Es una versión de la Web que brinda a los usuarios el poder de crear y ejecutar sus propias herramientas y software, en lugar de depender de otras personas para el software.

Web 3.0, aunque todavía está en su infancia, promete hacer posibles las redes abiertas, sin confianza y sin permisos. Consta de varios elementos que podrían servir como pilares de su éxito: informática de borde, redes de datos descentralizadas, gráficos 3D e inteligencia artificial.

La Web Semántica es un concepto propuesto durante la década de 1990 por miembros del World Wide Web Consortium. Tiene como objetivo dar sentido a las palabras para que el contenido de la web sea legible por máquinas. Esto facilita que los programas compartan, se conecten y creen contenido en la web.

Con la Web Semántica, los programas podrán organizar una gama más amplia de conjuntos de datos para realizar tareas.

Por ejemplo, actualmente una gran cantidad de contenido no está etiquetado, lo que significa que los motores de búsqueda dependen principalmente de palabras clave para identificar el contenido relevante. Esto puede resultar en resultados de búsqueda menos precisos. Crear un lenguaje común en Internet ayudará a que la organización, la creación y el uso del contenido sean más confiables.

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La inteligencia artificial será una herramienta crucial para construir la Web del mañana. La Web Semántica facilita que una inteligencia artificial ejecute el procesamiento del lenguaje natural , lo que permite resultados de búsqueda más rápidos y precisos, entre otros beneficios.

El diseño tridimensional será una prioridad en la Web 3.0 a medida que los usuarios se beneficien de una mayor interactividad en las guías del museo y los juegos de computadora. Una transición de texto a pantallas visuales podría formar una parte importante del movimiento Web 3.0.

Las redes blockchain ofrecen nuevos métodos de almacenamiento y uso de datos. La red transparente y descentralizada de una cadena de bloques combinada con su sistema de consenso permite compartir información que puede ser verificable, en base a reglas acordadas integradas en el código.

Comparación de Web 2.0 y Web 3.0

La estructura actual de Internet se basa en la folksonomía, un método mediante el cual los datos y el contenido digital se organizan mediante etiquetas y etiquetas agregadas por los usuarios para identificar el contenido.

Las páginas web están vinculadas y los datos compartidos entre sitios web dependen en gran medida del conocimiento de la multitud para su contenido. Con Web 3.0, las máquinas pueden reconocer una gama más amplia de conjuntos de datos para categorizar el contenido. Esto facilita la participación de los usuarios con contenido más útil.

Los intermediarios que proporcionan las capas de confianza social digital en la Web 2.0 tienden a depender de la extracción más que de la atracción de valor. Tienen niveles de poder desproporcionadamente altos, lo que pone a las personas en sus plataformas en riesgo de perder datos que no quieren ceder.

Por ejemplo, Transmission Control Protocol / Internet Protocol ayuda a determinar cómo nuestras computadoras solicitan datos de diferentes bases de datos en servidores en todo el mundo. Una proporción significativa de bases de datos y servidores están centralizados, lo que cuestiona cuánto control tienen realmente las personas sobre sus datos.

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Las herramientas de desarrollo también están muy centralizadas, ya que casi siempre pertenecen a empresas privadas. Esto incluye API propiedad de grandes empresas tecnológicas como Facebook.

Además, las plataformas de red de las que dependen los desarrolladores para crear sitios web y aplicaciones son privadas de forma predeterminada, lo que significa que se necesitan conjuntos complejos de permisos (generalmente de las grandes empresas de tecnología) para utilizar las redes para desarrollar software. Esto lo convierte en una red cerrada con reglas rígidas.

La estructura de datos subyacente de Internet descentralizada (Web 3.0) se basa en una cadena de bloques en lugar de una base de datos convencional. La estructura de datos elimina la necesidad de nombres de usuario y contraseñas, y la naturaleza a prueba de manipulaciones de la cadena de bloques facilita la colaboración entre diferentes grupos en proyectos abiertos.

Los proyectos pueden alojarse en la nube descentralizada y en centros de datos independientes, la estructura perfecta para redes y herramientas públicas. Esto significa que cualquiera puede usar dichas plataformas sin tener que obtener permiso de las grandes tecnologías o de los guardianes centralizados.

La transparencia de la red significa que se puede lograr una Internet verdaderamente libre, ya que se vuelve mucho más difícil para las personas llevar a cabo la censura o incluir códigos nefastos en sus aplicaciones.

¿La Web 3.0 ya está aquí?

La Web como la conocemos nos ha servido bien, proporcionando un mar interminable de información para mejorar nuestra vida diaria.

A pesar de esto, presenta muchos desafíos que la Web 3.0 puede resolver. Si bien la Web 3.0 es muy prometedora, todavía queda un largo camino por recorrer. Se requerirá una mayor uniformidad entre los proyectos de Web 3.0 para el intercambio fluido de información. Además, será necesario crear más estructuras para que Web 3.0 tenga un verdadero éxito.

Es probable que los nuevos sistemas transaccionales sean un producto de Web 3.0 a medida que blockchain se vuelve más relevante para definir incentivos en diferentes redes donde las personas tienen más control sobre sus datos y con quién los comparten.