P&G busca el HolyGrail del reciclaje de plástico

En los últimos años, las empresas han comenzado a tomar conciencia del desafío que plantea el plástico para el medio ambiente. El material permanece durante décadas o más antes de degradarse lentamente. Sin embargo, el plástico es barato y ligero, por lo que es una opción ideal para el embalaje.

Algunas de las empresas de bienes de consumo más grandes del mundo, también algunos de los usuarios de plástico más importantes, han unido fuerzas para abordar este problema. Liderado por Procter and Gamble (P&G), el proyecto HolyGrail 2.0 tiene como objetivo aumentar las tasas de reciclaje de plástico mediante la adición de marcas de agua digitales invisibles al embalaje del producto.

¿Qué es el proyecto HolyGrail 2.0?

El problema de los residuos plásticos no es algo que una sola empresa pueda abordar por sí sola. En cambio, se necesita un esfuerzo coordinado entre las empresas para desarrollar estándares en toda la industria para mejorar los procesos. En 2016, la Fundación Ellen MacArthur fundó el proyecto inicial HolyGrail, que se centró en explorar métodos y tecnologías que podrían ayudar a solucionar la situación.

HolyGrail culminó en 2019, pero el proyecto continuó bajo HolyGrail 2.0 con el objetivo específico de desarrollar marcas de agua digitales para envases de plástico. AIM, la Asociación de Marcas Europeas, facilita la coalición de más de 85 empresas.

Como uno de los miembros más importantes, P&G ha tomado la iniciativa en la experimentación y prueba de marcas de agua digitales. Estas marcas invisibles en el empaque de un producto contienen datos que pueden fomentar una clasificación más eficiente en las plantas de reciclaje, con una mayor proporción de plásticos reciclados.

¿Cómo funcionan las marcas de agua digitales?

En la mayoría de los casos, no sabrá si hay una marca de agua digital en un producto cuando lo recoja en la tienda. Para el ojo humano, el empaque se ve como siempre. Sin embargo, el exterior está cubierto de repeticiones de un código de barras 2D casi invisible.

El objetivo es que, cuando se escanea, la instalación de reciclaje reciba información como si se trata de un contenedor de alimentos o no, el tipo de materiales utilizados y si hay componentes difíciles de reciclar como los envases negros.

El código de barras se replica en el embalaje para permitir el escaneo automatizado. Con la incorporación de cámaras digitales de alta resolución, la instalación podría clasificar automáticamente los productos de plástico según los datos contenidos en el código.

Esto no solo es más eficiente, sino que también facilita una clasificación más precisa. Como resultado, se reciclará más plástico de desecho y se devolverá a la cadena de suministro.

Un paso en la dirección correcta

La marca de agua digital desarrollada bajo los proyectos de HolyGrail puede mejorar las tasas de reciclaje de plástico. Esto evita desperdicios innecesarios por clasificación incorrecta o problemas de identificación de los plásticos utilizados en el embalaje. Esto es algo bueno, por supuesto, pero también debe verse como parte de un objetivo para reducir nuestra dependencia colectiva del plástico.

En última instancia, los productores de plástico también deben reducir la cantidad de plástico que utilizan en sus productos. También es necesario que haya cambios sociales para reducir nuestro consumo de plástico de un solo uso. Sin embargo, debemos alentarnos porque HolyGrail 2.0 demuestra que el cambio sistémico es posible cuando las empresas trabajan juntas hacia un objetivo común.