Lo sentimos, Universal, ¡pero Netflix acaba de estrenar la mejor película de Frankenstein de la historia!
El guionista y director Guillermo del Toro dirige la última adaptación de la novela de Mary Shelley, Frankenstein, y bien podría ser la mejor. Esta hermosa película narra la icónica historia del científico Victor Frankenstein (Oscar Isaac) dando vida a una criatura (Jacob Elordi) formada a partir de partes de cadáveres, quien, tras ser rechazada por su creador, acaba sembrando la destrucción.
Dirigida por James Whale, la película Frankenstein (1931) de Universal Pictures se convirtió en el referente de la franquicia. Sin embargo, la película de Guillermo del Toro supera a la de Whale gracias a una estética impresionante y a su compromiso con la fidelidad a la obra original en toda su profundidad y complejidad. El resultado de Del Toro es una reinterpretación estimulante de un clásico literario.
El Frankenstein de Oscar Isaac profundiza en el personaje.
Con una duración de 71 minutos, la adaptación de Frankenstein dirigida por Whale no profundiza lo suficiente en el científico protagonista, llamado Henry, ni en sus motivaciones. La película comienza con Henry y Fritz buscando partes del cuerpo para crear a la Criatura, omitiendo la rica y significativa historia de fondo de Frankenstein que se narra en la novela. En definitiva, nos quedamos con la impresión de que el afán de Henry por resucitar a los muertos se debía únicamente al placer de jugar a ser Dios, lo que convierte a su personaje en algo unidimensional.
En cambio, el Frankenstein de Guillermo del Toro destaca la infancia de Víctor al comienzo de la película. La cinta adapta fielmente la crianza de Víctor de la novela, mostrando cómo la devastadora pérdida de su madre lo impulsó a vencer a la muerte en su vida adulta, lo que hace que su personaje sea más cercano y atractivo.
La película también incorpora los matices psicosexuales de la novela al elegir a Mia Goth para interpretar tanto a Elizabeth, el interés amoroso de Victor, como a su madre. Esto resalta el complejo de Edipo de Victor, quien anhela a su madre y, al mismo tiempo, resiente a su padre por haberlo maltratado y no haberla salvado durante el parto. Al dar vida a su Criatura, Victor revive simbólicamente a su madre y se rebela contra su padre, lo que hace que su historia sea aún más conmovedora.
La criatura de Jacob Elordi supera al personaje de Boris Karloff.
La versión de la Criatura interpretada por Boris Karloff es quizás la más icónica, sobre todo en cuanto a su diseño. Con su cabeza plana y los tornillos en el cuello, la Criatura del Frankenstein de 1931 quedó grabada en la memoria colectiva durante décadas. El personaje también evoca mucho temor y compasión, ya que la película lo presenta como una figura salvaje pero infantil que se rebela contra un mundo odioso que no comprende.
Sin embargo, la versión de la Criatura de Eloridi dista mucho de la que aparece en la novela de Shelley. Si bien gran parte de la historia original de la Criatura se adapta en La novia de Frankenstein (1935), la película de Del Toro logra presentar y desarrollar mejor el personaje de Eloridi.
La película de Del Toro dedica bastante tiempo a explorar el viaje de la Criatura, lo que permite un mayor desarrollo del personaje. Al igual que en la novela original, la Criatura aprende a hablar inglés escondiéndose en la granja del Hombre Ciego (David Bradley) y leyendo sus libros.
La criatura de Elordi se vuelve, por lo tanto, mucho más elocuente, sofisticada y amenazadora que la de Karloff. El personaje de Elordi resulta especialmente aterrador con su voz atronadora, su superfuerza y su factor de curación acelerada.
La historia de la Criatura de Elordi también revela una mayor tragedia y genera compasión por su personaje. Dedica mucho tiempo a apoyar en secreto a la familia del Ciego. Tras la aceptación final del Ciego hacia la Criatura, este muere a causa del ataque de un lobo, lo que provoca que la familia lo expulse.
En general, ambas criaturas sufren maltrato físico que las lleva a arremeter contra la humanidad. A pesar de esto, al personaje de Karloff se le otorga un cerebro «anormal», que supuestamente lo vuelve violento e incontrolable.
Mientras tanto, el Frankenstein de Del Toro ilustra que la violencia de la Criatura provenía del abuso sufrido a manos de su creador. Dado que Víctor sufrió abusos por parte de su padre, la historia muestra el ciclo de violencia transmitido de padres a hijos. Como dijo William en la película, la adaptación de Del Toro demostró que Víctor era el verdadero monstruo, no la Criatura.
Elizabeth está en su mejor momento en el Frankenstein de del Toro.
El papel fundamental de Elizabeth en la película de Del Toro va mucho más allá del personaje que aparece tanto en la película de Whale como en la novela de Shelley. Ella muestra a la Criatura más compasión y comprensión que Víctor, quien la reprende y maltrata mientras está encerrada en una mazmorra. Tal bondad llegó a la Criatura de una forma que su creador jamás pudo, pues Elizabeth le enseñó a decir una palabra más allá de «Víctor».
Además, Elizabeth demuestra mayor autonomía como personaje. Al igual que Victor, es científica y lleva a cabo sus propios estudios. Cariñosa y justa, Elizabeth no es perfecta, dada su atracción romántica por Victor, a pesar de estar comprometida con su hermano, William (Felix Kammerer). Sin embargo, sabe perfectamente que debe alejarse de él e intentar proteger a la Criatura de su ira.
La película de Whale, en cambio, relega a Elizabeth al papel de la devota prometida de Henry. Si bien muestra amor y preocupación por su prometido, solo manifiesta temor hacia la Criatura que él ha creado. Elizabeth incluso se convierte en una damisela en apuros cuando, tras ser amenazada por la Criatura en su noche de bodas, se transforma en un personaje mucho menos interesante que la versión de Elizabeth en la película de Goth.
Las nuevas imágenes de Frankenstein son electrizantes.
Casi cien años después, Guillermo del Toro se superó a sí mismo para crear una visión renovada de Frankenstein gracias a su colorido y vibrante vestuario. Este enfoque evoca un estilo de romanticismo gótico similar a la adaptación de Drácula de Francis Ford Coppola. Desde el ángel de fuego hasta el vestido de plumas de Elizabeth, el Frankenstein de del Toro pinta un retrato singular de una historia contada innumerables veces a lo largo de los siglos, demostrando que aún conservaba vigencia.
En definitiva, es innegable el impacto que tuvo el Frankenstein de James Whale en la cultura popular. Momentos icónicos como el grito de Frankenstein: «¡Está vivo!» y el inolvidable diseño de la Criatura contribuyeron a consolidar tanto la película como la historia de Shelley como clásicos de la ciencia ficción.
Sin embargo, Del Toro logró plasmar mejor la historia más profunda de la novela de Shelley. Se tomó su tiempo para explorar las distintas facetas de los personajes de Víctor y la Criatura, al tiempo que desarrollaba el personaje de Elizabeth para hacerles justicia a todos en la gran pantalla.
Del Toro también capturó la belleza y el terror de la historia con imágenes vibrantes e imaginativas. Estos aspectos convirtieron la película de Del Toro en una de las interpretaciones más fieles y únicas de Frankenstein jamás realizadas.
Frankenstein estará disponible en Netflix a nivel mundial a partir del 7 de noviembre de 2025.
