La IA podría estar aumentando tus facturas, incluso si nunca la usas

Hemos escuchado mucho sobre la naturaleza hambrienta de energía de los centros de datos de IA, con todas sus entradas de ChatGPT (o cualquier herramienta de IA que use) que requiere una enorme cantidad de energía para completarse.

Y ahora algunas personas también están sintiendo sus efectos en sus bolsillos, aunque quizá ni siquiera estén usando IA.

Con toda la potencia de procesamiento adicional necesaria para mantener los servicios de IA funcionando, millones de personas que viven cerca de algunos de estos centros de datos están empezando a ver que sus facturas eléctricas mensuales aumentan significativamente, informó el Washington Post .

“En Trenton, Nueva Jersey, la factura de una vivienda típica subió 26 dólares”, indicó el Post a modo de ejemplo. “En Filadelfia, aumentó unos 17 dólares. En Pittsburgh, subió 10 dólares. Y en Columbus, Ohio, se disparó 27 dólares”.

El informe atribuyó el aumento al auge de los centros de datos, que además de IA también respaldan servicios de computación en la nube.

Entre las empresas tecnológicas que construyen los centros de datos se incluyen Meta, Google, Microsoft y Amazon, y es comprensible que los clientes residenciales estén descontentos por tener que pagar más por su electricidad mientras estos gigantes siguen ganando miles de millones de dólares.

"Estamos observando que cada región del país experimenta un crecimiento realmente significativo de la carga de los centros de datos", declaró al Post el experto en mercados energéticos Abe Silverman, y añadió que la situación está "ejerciendo una enorme presión al alza sobre los precios, tanto de transmisión como de generación".

Entonces, ¿qué se puede hacer? Los reguladores energéticos de todo el país podrían, por ejemplo, seguir el ejemplo de Ohio y obligar a los gigantes tecnológicos a pagar más para financiar la modernización de la red, de modo que esta pueda gestionar mejor la energía adicional que demandan sus centros de datos.

Mientras tanto, las empresas involucradas prometen construir centros de datos más eficientes que requieran menos energía para funcionar, lo que podría contribuir a estabilizar las facturas de electricidad y, al mismo tiempo, ser más respetuoso con el medio ambiente. Google, por ejemplo, aspira a abrir centros de datos más eficientes, todos ellos alimentados íntegramente con energía libre de carbono, para 2030, reduciendo así los costos y minimizando su dependencia de los combustibles fósiles.

Lo que está claro es que el rápido crecimiento de la infraestructura de IA pone de relieve la urgente necesidad de prácticas sostenibles y políticas integrales para abordar el impacto ambiental y social de esta tecnología. Sin embargo, con tantos factores en juego en el suministro eléctrico, es prematuro predecir en qué medida se verán afectadas las facturas de electricidad de los ciudadanos.