Francia no quiere que sus ciudadanos digan ‘esports’

Francia está limitando el uso del término "esports" y otra jerga de videojuegos en inglés en un esfuerzo continuo por preservar la pureza del idioma francés.

Según un informe de The Guardian , los funcionarios franceses del Ministerio de Cultura no están prohibiendo por completo el uso de palabras de moda en los juegos en inglés per se, sino que están reescribiendo algunas de las reglas en torno a su uso para que esas palabras salgan de la boca de los franceses. tan suave como el camembert derretido. Aun así, dijeron que palabras como "esports" y "streamers" contienen tantos anglicismos que actúan como "una barrera para la comprensión" para muchos no jugadores.

A saber, "esports" ahora se ha convertido en "jeu video de competition", que suena como una versión superior de la traducción de Google Translate, "sports électroniques". El término "pro-gamer" se ha convertido en "joueur professionnel", "streamer" es "joueur-animateur en direct" y "cloud gaming" ahora se ha convertido en "jeu video en nuage".

Afortunadamente, el nuevo lenguaje de juego no se aplicará a toda la población francesa. El analista de juegos británico Piers Harding-Rolls tuiteó que solo se aplicará a los trabajadores del gobierno para que puedan comunicarse con el público en general sobre los asuntos relacionados con los juegos de una manera que sea más fácil de seguir para ellos. “Ninguno de estos será ampliamente adoptado”, agregó.

La revisión de las reglas del idioma de los juegos por parte de las autoridades francesas parece bastante irónica considerando que Ubisoft , una de las compañías de juegos más grandes de la industria, tiene su sede en Francia (con un brazo franco-canadiense en Quebec). Sin embargo, es parte de la lucha constante del país para garantizar que su idioma nativo no se vea demasiado influenciado por el idioma inglés, aunque alrededor del 30 % se deriva del francés. La Académie Française, o la Academia Francesa, se encarga de fortalecer esta tradición, emitiendo periódicamente avisos y advertencias sobre palabras extranjeras que se hicieron populares entre los ciudadanos, en particular las palabras del inglés americano. La institución trata el idioma inglés con tal desdén que en febrero advirtió que su uso público se “caracteriza por una degradación que no debe verse como inevitable”.