El Observatorio Swift detecta un agujero negro comiendo una estrella cercana

Los agujeros negros pueden ser bestias hambrientas que devoran cualquier cosa que se les acerque, incluidas nubes de gas, planetas rebeldes e incluso estrellas. Cuando las estrellas se acercan demasiado a un agujero negro, la gravedad puede separarlas en un proceso llamado alteración de marea que divide la estrella en corrientes de gas. Pero un descubrimiento reciente muestra un fenómeno diferente: un agujero negro que está “mordiendo” una estrella. No se trata de destruir totalmente la estrella, sino de arrancar material y mordisquearlo de forma regular.

El proceso ha sido denominado alteración de marea parcial o repetida, ya que en lugar de que una estrella sea destrozada en un evento dramático, se desgasta lentamente por repetidos encuentros con un agujero negro. Se observó que le sucedió a una estrella llamada Swift J023017.0+283603 (o Swift J0230 para abreviar) por el Observatorio Neil Gehrels Swift de la NASA.

Swift J0230 ocurrió a más de 500 millones de años luz de distancia en una galaxia llamada 2MASX J02301709+2836050, capturada aquí por el telescopio Pan-STARRS en Hawaii.
Swift J0230 ocurrió a más de 500 millones de años luz de distancia, en una galaxia llamada 2MASX J02301709+2836050, y fue capturado aquí por el telescopio Pan-STARRS en Hawaii. Instituto Neils Bohr/Daniele Malesani

Cada vez que la desafortunada estrella pasa cerca del agujero negro, las fuerzas gravitacionales hacen que se abulte hacia afuera y se le quita material para ser devorado por el agujero negro. Pero un encuentro individual no es suficiente para destruir la estrella, por lo que continúa hasta que su órbita la acerca nuevamente al agujero negro, cuando se extrae más material.

En el caso de Swift J0230, el Sol pierde alrededor de tres masas terrestres de material en cada encuentro, y seguirá perdiendo masa hasta que se quede sin material y se rompa.

Este evento se observó debido a un nuevo método de análisis de datos que se utiliza en los datos del Observatorio Swift, que se lanzó hace casi 20 años y fue diseñado principalmente para estudiar estallidos de rayos gamma. Utilizando datos del instrumento Telescopio de rayos X del observatorio, el equipo convirtió el instrumento en una especie de estudio, ya que observa regularmente partes del cielo y estos datos se comparan con observaciones anteriores. Eso deja claro cuándo se ha producido un cambio, lo que indica un evento transitorio. Esto marca objetos potencialmente interesantes como Swift J0230 para que el equipo los investigue.

"El hardware, el software y las habilidades de su equipo internacional de Swift le han permitido adaptarse a nuevas áreas de la astrofísica a lo largo de su vida", dijo en un comunicado Phil Evans, miembro del equipo de Swift de la Universidad de Leicester. “Neil Gehrels, el homónimo de la misión, supervisó y alentó muchas de esas transiciones. Ahora, con esta nueva habilidad, se está haciendo una ciencia aún más interesante”.