Desigualdad digital: ¿qué es y por qué es importante?

Muchas personas disfrutan de un acceso a Internet casi constante. Esa disponibilidad podría hacer que den por sentada la conectividad, sin darse cuenta de las numerosas circunstancias que limitan o impiden que otros se conecten a Internet con mucha frecuencia, o en absoluto. Los investigadores se refieren a este problema complejo y omnipresente como desigualdad digital o brecha digital.

En este artículo, descubrirás qué es la desigualdad digital. También descubrirás sus consecuencias.

¿Cuáles son los tres tipos de desigualdad digital?

La desigualdad digital se divide en tres categorías principales: acceso universal, género y social. Pasamos por cada uno de ellos a continuación.

1. La brecha del acceso universal

Este tipo abarca las muchas razones que dictan por qué algunas personas no pueden usar Internet tan fácilmente como otras debido a la falta de acceso. Por ejemplo, una persona con una discapacidad física puede encontrar que la tecnología que necesita para conectarse a Internet es prohibitivamente cara. La insuficiencia de fondos también influye en otros que intentan utilizar Internet, por ejemplo, si un teléfono inteligente o el acceso están fuera del alcance de sus presupuestos.

Además, las personas con bajos niveles de alfabetización pueden tener dificultades para configurar un enrutador de Internet o buscar un proveedor asequible.

La falta de infraestructura también plantea obstáculos. Muchas áreas del mundo aún no tienen las bases necesarias para una conectividad rápida y sin problemas.

2. La brecha social

El aspecto de la brecha social de la desigualdad digital se relaciona con cómo a las personas sin acceso a Internet a menudo les resulta difícil establecer el tipo de conexiones interpersonales que están tan abundantemente disponibles en línea. Las plataformas sociales como Twitter y Facebook ayudan a las personas a mantenerse en contacto o encontrar a otras personas con intereses compartidos, aunque pueden tener problemas con ambos en el lugar donde viven.

Internet también ayuda a las personas a encontrar trabajo o establecer contactos con colegas. Después de que las personas reciben nuevos diagnósticos de salud, los foros en línea los vinculan con otras personas que viven con las mismas o similares condiciones. Conectarse en línea no resuelve todo el aislamiento social, por supuesto. Sin embargo, puede ampliar las oportunidades de socializar, especialmente para las personas que viven en pueblos pequeños o áreas rurales.

3. La brecha de género

Ser mujer hace que una persona sea más propensa a experimentar la desigualdad digital, muestran los estudios. La investigación publicada en 2020 indicó que más de 300 millones menos de mujeres en países de ingresos bajos y medianos usan Internet en sus teléfonos móviles que los hombres. Además, las mujeres en esos países tienen un 20 por ciento menos de probabilidades que los hombres de poseer teléfonos inteligentes. Asimismo, las mujeres tenían menos poder de decisión sobre esas compras.

No hay una sola razón que explique por completo esta brecha de género. En la mayoría de los casos, es probable que se deba a numerosos factores. Por ejemplo, las normas culturales en muchos países dictan que las mujeres permanezcan en sus hogares y realicen las tareas del hogar, mientras que los hombres se convierten en los principales ingresos. Esa misma tendencia a menudo impide que las mujeres también obtengan una educación. Algunas naciones también esperan que las mujeres muestren un comportamiento sumiso continuo con sus compañeros masculinos, lo que también podría limitar el acceso y el uso de Internet.

¿Por qué es un problema la desigualdad digital?

Mucha gente no se da cuenta de inmediato de los impactos de gran alcance de la desigualdad digital. He aquí un breve vistazo a los efectos no deseados que tiene.

Menos oportunidades educativas

Internet ayuda a las personas a estudiar y mantenerse al tanto de los desarrollos educativos. La pandemia de COVID-19 canceló los exámenes ACT, que muchas universidades utilizan para las admisiones. La realización remota de pruebas se convirtió en una opción para las personas que no podían asistir de manera segura a las fechas reprogramadas para las pruebas en persona. Sin embargo, si una persona carece de acceso a Internet, no puede tomar el ACT en casa, o tener las mismas formas convenientes de estudiar para él que las personas con conectividad.

De manera similar, la pandemia cambió las escuelas en línea en muchas áreas. Incluso las personas que tienen Internet pueden encontrar que no es lo suficientemente robusto como para entregar la transmisión de video y otro contenido con uso intensivo de datos que normalmente es necesario para el aprendizaje en línea. Un estudio de los condados de California encontró que el 94 por ciento de los hogares tenían acceso a Internet. Sin embargo, solo el 46 por ciento de ellos tenían conexiones de alta velocidad.

Acceso reducido a la atención médica

La desigualdad digital también minimiza el acceso de las personas a la atención médica y la información sanitaria. Por ejemplo, el gobierno de la India ordenó que los residentes se inscriban para sus vacunas COVID-19 a través de una plataforma en línea. En otros lugares, los funcionarios de salud pública publicaron alertas en las redes sociales sobre áreas de mayor propagación y cómo mantenerse a salvo. Al mismo tiempo, la desinformación en Twitter y otros sitios web sociales corrió desenfrenada.

La telemedicina también es una forma práctica de obtener asistencia médica de un médico sin tener que viajar o sentarse en una sala de espera. Sin embargo, requiere una conexión a Internet confiable. De manera similar, las personas sin acceso pueden perderse noticias sobre exámenes médicos o clínicas gratuitas, ya que dicha información generalmente se distribuye en línea.

Apoyo social y laboral minimizado

La desigualdad digital limita el acceso de una persona a los servicios de apoyo, como los de las víctimas de violencia doméstica o las personas que cuestionan su sexualidad o identidad de género. La mayoría de las organizaciones que ayudan a estos grupos tienen sitios web que permiten a las personas conocer los servicios, además de botones de escape rápido que permiten a los visitantes abandonar los sitios rápidamente en situaciones comprometedoras. Sin embargo, sin Internet, es posible que la gente ni siquiera sepa que existen tales organizaciones.

La desigualdad digital también crea barreras para el trabajo remoto. En junio de 2020 , casi el doble de personas trabajaban desde casa que en oficinas tradicionales. Sin embargo, el 35 por ciento de las personas tenían Internet deficiente o no tenían Internet, lo que hacía imposible el trabajo a distancia. Trabajar desde casa brinda a las personas más flexibilidad, pero no sin la infraestructura necesaria.

La desigualdad digital tiene efectos significativos

Esta descripción general muestra que la desigualdad digital puede influir negativamente en las oportunidades, el acceso a la información, las conexiones sociales y más de las personas. El conocimiento de los problemas es un paso crucial para mejorar el problema.

A medida que el mundo se digitaliza cada vez más, ayudar a cerrar las brechas de desigualdad digital requerirá un esfuerzo colectivo.