Amplíe una imagen increíblemente detallada de James Webb de la nebulosa de Orión
Una nueva imagen del Telescopio Espacial James Webb muestra la majestuosidad de la hermosa nebulosa de Orión con tremendo detalle. La Agencia Espacial Europea (ESA) ha compartido una versión de la imagen de altísima resolución que se puede ampliar para ver los detalles de esta impresionante nube de polvo y gas que alberga sitios de formación estelar donde nacen nuevas estrellas.
La imagen completa está disponible para ver en la aplicación ESASky , donde puede ampliar y comparar imágenes del mismo objetivo tomadas en diferentes longitudes de onda. También hay una versión muy grande de la imagen si quieres descargarla y seguirla cuando quieras.
También conocida como Messier 42, la nebulosa de Orión está ubicada justo al sur de la constelación del cinturón de Orión y es una de las nebulosas más brillantes del cielo, lo que la convierte en un objetivo clave para los científicos que estudian la formación estelar. Cuando nacen nuevas estrellas, las que son jóvenes y muy calientes emiten radiación ultravioleta que ilumina las nubes de polvo y gas que las rodean. En el corazón de esta nebulosa hay un grupo de estrellas llamado Cúmulo Trapecio, que son jóvenes y brillantes, algunas de las cuales tienen hasta 30 veces la masa de nuestro sol.
Esta imagen también revela algunas rarezas cósmicas. Los científicos dijeron al New York Times que las observaciones incluyeron 150 objetos que flotan libremente, algunos de los cuales están en pares. Son similares a planetas rebeldes que no orbitan alrededor de una estrella, pero no está claro cómo se formaron dentro de la nebulosa. "Hay algo mal en nuestra comprensión de la formación de planetas, de la formación de estrellas o de ambas", dijo al Times el científico de la ESA Samuel Pearson, desconcertado por la presencia de estos objetos. "No deberían existir".
Los objetos inusuales han sido denominados Objetos Binarios de Masa de Júpiter, o JuMBO, y pueden ser más pequeños que Júpiter pero alcanzar temperaturas de más de 1.000 grados Fahrenheit. El descubrimiento inesperado sugiere que puede haber aspectos de la formación planetaria que aún no entendemos.